EL
ARTE GRIEGO
Ana
Luisa Morán
INTRODUCCIÓN
El
arte de la antigua Grecia constituye un
referente para la cultura occidental. Los modelos griegos de la antigüedad son
tenidos como clásicos y los cánones arquitectónicos y escultóricos han sido
recreados a lo largo de la historia de occidente.
Los
diferentes estilos estudiados por la historiografía del arte, se han
clasificado en periodos:
· Geométrico: (siglos IX y VIII a. C) se
conservan pocos datos del periodo anterior, conocido como Edad Oscura, a la que
precedió el arte de las civilizaciones prehelénicas: arte cicládico, minoico y
micénico.
· Orientalizante: (final del siglo VIII y
comienzos del VII a. C.)
· Arcaico:
(siglos VII y VI a. C) en la decoración pictórica de la
cerámica se caracteriza por las figuras negras. En este periodo se produce una
expansión de la polis griega, instaurándose un nuevo orden ciudadano, con la
tiranía como marco político principal, sistema que pronto desaparecerá frente
al ideal igualitario de ciudadanía del siglo V a. C. La promoción de grandes
obras públicas, representativas del prestigio del tirano, quien apoya la
creación de edificios civiles y religiosos, esta actuación tuvo como objeto otorgar
a cada urbe una identidad propia. A
partir del siglo VI el centro político de la polis se convierte en un lugar de
relevancia artística, la plaza pública o ágora se convierte en el corazón de
las actividades cívicas. Entre todas ellas sobresale la ciudad de Atenas
impulsada por el legislador Solón.
El culto religioso desempeñó
un papel fundamental en la sociedad griega de este periodo, todas aquellas
ciudades que dispusieron de medios económicos promovieron la construcción de
edificios religiosos en piedra. Se crean
santuarios como los de Delfos y Olimpia.
El oráculo de Delfos |
·
Severo: (finales del siglo VI y comienzos del
V a. C) se caracteriza por la decoración de vasos bilingües en la pintura de
cerámica.
· Clásico: (siglos V y IV a. C) –desde las
Guerras Médicas al reinado de Alejandro Magno)se caracteriza por el uso de las
figuras rojas en la decoración pictórica de la cerámica.
· Helenístico: (final del siglo IV y siglos III
y II a. C) prolongado por el arte romano a partir de la conquista romana de
Grecia.
Durante
su evolución, no hubo ninguna ruptura entre un periodo y otro, se desarrollaron
a ritmos distintos, algunos artistas elaboraron estilos más innovadores, las tradiciones locales, el carácter
conservador y los cultos religiosos permiten localizar el origen de las obras
conservadas.
Las
formas del templo que se fue desarrollando en las acrópolis o ciudades elevadas
de cada ciudad, así como los santuarios panhelénicos. Los propiamente
panhellénikós donde se celebraban juegos
en los cuales competían atletas y aurigas en representación de sus polis, en
una sublimación de la violencia en lo sagrado que convertía a los vencedores en
héroes o semidioses, por lo que adquirían el derecho a ser representados en estatuas y acumulaban riquísimas ofrendas.
Se
destacaban cuatro, no por el premio ofrecido (unas olivas, o una corona de
hojas de laurel) sino por el prestigio que daba la concurrencia periódica de
gentes de toda la Hélade: el de Apolo de Delfos, el oráculo de la Pitia, el de
Zeus en Olimpia, (del que solo quedan ruinas, donde se celebraban los juegos
olímpicos), el de Poseidón en Istmia y el de Zeus en Nemea.
También
alcanzaron un gran prestigio los santuarios de Hera en Samos, y el de Artemisa
en Éfeso, este último entró en el catálogo de las siete maravillas del mundo.
La escultura griega de la época arcaica estuvo notablemente influenciada por la
egipcia: las figuras masculinas podían representar tanto a seres humanos como a
dioses, muestra de la antropomorfización de estos y de la elevación al
rango semidivino. Además de las posibilidades texturales de los
distintos materiales y técnicas de acabados, fue la policromía aplicada sobre
las esculturas la que las dotó de luminosidad y sensación de vida. Los antiguos
griegos no concebían una escultura sin pintura, la considerarían imperfecta o
inconclusa.
Εἴθ'
ἐξαλειφθεῖσ' ὡς ἄγαλμ' αὖθις πάλιν
αἴσχιον εἶδος ἔλαβον ἀντὶ τοῦ καλοῦ
¡Ójala pudiera, borrada como en una estatua,
desaparecer mi belleza y tener un desagradable aspecto!
“Canta, diosa, la cólera funesta, de Aquiles,
el hijo de Peleo, que innumerables desgracias
causó
a los Aqueos y
envió al Hades las almas
de muchos intrépidos héroes”…
La Ilíada, de Homero
LA LITERATURA GRIEGA
La
Literatura griega es la literatura de los pueblos de habla griega desde finales
del segundo milenio a.C. hasta la actualidad. Se desarrolló como expresión
nacional con escasas influencias exteriores hasta el periodo helenístico y tuvo
un efecto formativo en toda la literatura europea posterior.
I. EL PERIODO PRIMITIVO: Los
escritos del periodo primitivo de la literatura griega son, casi en su
totalidad, textos en verso.
A. Poesía épica Los
primitivos habitantes de Grecia, los pueblos de las civilizaciones egea y
micénica, poseyeron una literatura oral compuesta en su mayor parte por
canciones que hablaban de las guerras, las cosechas y los ritos funerarios. Los
helenos se apropiaron de estas canciones en el segundo milenio a.C. y, aunque
no se conserva ningún fragmento
, los cantos de los aedos dedicados a los héroes
prefiguran la poesía épica.
La épica griega alcanzó su máximo esplendor
con la Ilíada y la Odisea de Homero, aunque se cree que pueden ser obra de una
sucesión de poetas que vivieron a lo largo del siglo IX a.C. Escritos en
dialecto jónico con mezclas eólico, la perfección de sus versos hexámetros
dáctilos indica que los poemas son la culminación, más que el principio, de una
tradición literaria. Los poemas épicos homéricos se difundieron en las
recitaciones de cantores profesionales que, en sucesivas generaciones,
alteraron el original, actualizando el lenguaje. Esta tradición oral se mantuvo durante más de
cuatro siglos.
Otros
acontecimientos míticos y heroicos que no se celebran en la obra homérica o que
no se narran en su totalidad, se convirtieron en el argumento de varios poemas
épicos posteriores, algunos de cuyos fragmentos se conservan. Un grupo de estos
poemas épicos, compuestos entre 800-550 a.C., por un número indeterminado de
poetas conocidos como poetas cíclicos, tratan de la guerra de Troya y la
expedición de Los Siete contra Tebas.
Entre
los poetas épicos conocidos, casi todos posteriores, se cuentan Pisandro de
Rodas, autor de la Heracleia, que
trata de las hazañas del héroe mitológico Hércules; Paniasis de Halicarnaso,
que escribió una obra también llamada Heracleia,
de la que sólo se conservan algunos fragmentos, y Antímaco de Colofón o Claros,
autor de la Tebas y considerado fundador de la llamada escuela de poesía épica.
Antímaco influyó poderosamente en los poetas épicos alejandrinos posteriores. La
crítica textual contemporánea ha establecido que varias de las obras atribuidas
en un principio a Homero son de autoría posterior. Las más tempranas son,
probablemente, los llamados 34 himnos homéricos, fechados entre el 700 y el 400
a.C., una magnífica serie de himnos a los dioses escritos en hexámetros
dactílicos. Entre otros poemas semejantes destaca la burlesca Batracomiomaquia.
Poco después de Homero, el poeta Hesíodo
escribió su obra principal, “Los trabajos
y los días”, compuesta también en dialecto jónico con algunas mezclas de
eólico. Es el primer poema griego que abandona la leyenda o el mito para
centrarse en la vida cotidiana, las experiencias y pensamientos de un granjero
beocio. La Teogonía, normalmente
atribuida a Hesíodo, aunque algunos críticos la consideran posterior, narra el
nacimiento del orden a partir del caos y el de los dioses.
B.
Poesía lírica
El
dístico elegíaco se popularizó en toda Grecia durante el siglo VII a.C. y se
utilizó en composiciones de todas clases, desde canciones fúnebres a canciones
de amor. El primer autor conocido de elegías fue Calino de Éfeso. Otros famosos
poetas elegíacos primitivos fueron Tirteo de Esparta, Mimnermo de Colofón,
Arquíloco de Paros, Solón —el primer poeta ateniense— y Teogonía de Megara.
Se
cree que el creador del verso yámbico fue Arquíloco, que lo utilizó ampliamente
en sátiras mordaces. Solón y muchos otros poetas también lo usaron en poemas
reflexivos. Puesto que representa los ritmos de la antigua habla griega con
mayor fidelidad que ningún otro metro, el verso yámbico empezó a emplearse
también en el diálogo de las tragedias, en la forma de trímetro yámbico. Las fábulas de Esopo se escribieron
originalmente en trímetros yámbicos, aunque los textos que han llegado hasta
nuestros días datan de mucho tiempo después.
Esopo (fábulista) |
La
lírica, propiamente dicha, procede de canciones acompañadas de la lira, y en la
antigua Grecia había dos tipos principales, la personal y la coral. La lírica
personal se desarrolló en la isla de Lesbos. El poeta y músico Terpandro, que
había nacido en Lesbos pero que vivió casi toda su vida en Esparta, está
considerado como el primer poeta lírico griego porque fue el que antes compuso
música y poesía. La mayor parte de sus poemas eran nomos o himnos litúrgicos en
honor de Apolo, y cantados por un solo intérprete acompañado de la lira.
Después
de Terpandro aparecieron en el siglo VII a.C. los grandes poetas de Lesbos. Los
poemas líricos de Alceo, inventor de la estrofa alcea, hablan de temas
políticos, religiosos e intimistas. Safo,
la poetisa más importante de la antigua Grecia, creó la estrofa sáfica aunque
escribió también en otras formas líricas. Sus poemas de amor y amistad se
encuentran entre los más apasionados y mejor trabajados de la tradición
occidental. Los poetas líricos posteriores de otras ciudades griegas,
compusieron en dialecto eólico.
En
el siglo VI a.C., el poeta Anacreonte
escribió alegres poemas sobre el vino y el amor en varios metros líricos; sus
obras posteriores, similares en tono y tema, se conocen como anacreónticos.
También escribió dísticos (pareados) elegíacos, epigramas y poemas en metros
yámbicos. La lírica coral surgió en el siglo VII a.C. obra de poetas que
escribieron en dialecto dórico, dominante en la región de Esparta, y que se
utilizó incluso en épocas posteriores cuando los poetas de otros lugares de
Grecia adoptaban este género lírico. Los poetas espartanos fueron los primeros
en escribir de esta forma canciones para celebraciones públicas religiosas. Más
tarde lo hicieron para celebrar triunfos personales, como, por ejemplo, una
victoria en los juegos olímpicos.
Taletas,
que viajó de Creta a Esparta para sofocar una epidemia con himnos corales a
Apolo, fue probablemente el primer poeta lírico coral. Le siguieron Terpandro,
que escribió tanto poemas líricos intimistas como corales; Alcmán, autor sobre
todo de partheneia, es decir, himnos procesionales corales cantados por un coro
de doncellas y de carácter parcialmente religioso, de tono más ligero que los
himnos a Apolo; y Arión, posible creador del ditirambo (forma poética en honor
a Dionisio) y del estilo trágico, que se utilizó ampliamente en el drama griego.
Entre los grandes escritores posteriores de
poemas líricos corales se encuentran el poeta siciliano Estesícoro,
contemporáneo de Alceo, que introdujo la forma ternaria de la oda coral,
consistente en series de grupos de tres estrofas; Íbico de Reggio, autor de un
largo fragmento que se conserva de una oda coral ternaria y de poemas líricos
personales eróticos; Simónides de Ceos, cuya lírica coral incluye odas corales
en honor de los vencedores en los juegos olímpicos, encomia, o himnos corales
en honor a personas concretas, y cantos fúnebres, además de poemas líricos
personales que incluyen epigramas; y Baquílides de Ceos, sobrino de Simónides,
que escribió epinicios, de los que se conservan trece, y ditirambos, cinco de
los cuales han llegado hasta la actualidad.
La
lírica coral alcanzó su apogeo hacia mediados del siglo V a.C. en las obras de
Píndaro, que escribió muchos poemas de este género en todas las formas,
incluyendo himnos, ditirambos y epinicios. Se conserva cerca de la cuarta parte
de su obra, principalmente epinicios con la estructura triádica creada por
Estesícoro. Las tragedias de la época incluyen muchas odas corales importantes.
C. Otras formas.
Otro género que se desarrolló en el siglo VI
a.C. fue un tipo de poema filosófico relacionado con la épica y escrito por
filósofos griegos como Empédocles, Jenófanes y Parménides. Los primeros textos
en prosa que han llegado hasta nuestros días datan de finales del siglo V a.C.;
los más interesantes, sin ninguna duda, son los dedicados a la medicina
atribuidos al médico Hipócrates.
III. EL PERIODO ÁTICO, SIGLOS VI-IV A. C.
El
drama se desarrolló en Atenas durante el siglo VI a.C. En su forma primitiva,
consistió en un coro de hombres que cantaban y bailaban odas corales. Más
tarde, se añadió un actor que dialogaba con el coro.
A.
La tragedia
La
tragedia, tal y como hoy se la conoce, se cree que fue creada en el siglo VI
a.C. por el poeta ateniense Esquilo, que introdujo el papel de un segundo
actor, aparte del coro. Sus tragedias, cerca de 90, versan sobre temas tan
excelsos como la divinidad y las relaciones de los seres humanos con los
dioses. Únicamente siete de sus obras han llegado hasta hoy, entre ellas Prometeo encadenado, que narra el
castigo de Zeus al titán Prometeo, y la Orestiada,
trilogía que retrata el asesinato del héroe griego Agamenón por su mujer, el de
ésta por su hijo Orestes y el posterior destino de Orestes.
El
segundo de los grandes trágicos griegos fue Sófocles.
La admirable construcción de sus tramas y la manera en que sus temas y
personajes despertaban al mismo tiempo piedad y temor, llevaron a Aristóteles y
a otros críticos griegos a considerarle como el mejor autor de tragedias. Su Edipo rey constituye un epítome del
género trágico. De las más de cien obras que escribió Sófocles, sólo se
conservan siete tragedias, una obra satírica y más de mil fragmentos. Fue el
primero en introducir el tercer actor en la escena, innovación que más tarde
adoptaría Esquilo.
Edipo Rey |
Eurípides,
coetáneo de Sófocles, fue el tercer
gran autor de teatro. Escribió cerca de 92 obras, de las que se conservan 17
tragedias y una obra satírica completa, Los
cíclopes. Se le considera más realista que sus predecesores, especialmente
en la agudeza psicológica de sus personajes, por lo que para algunos críticos
es el dramaturgo griego más moderno. Entre sus obras principales sobresale Medea, cuyo argumento gira en torno a la
venganza llevada a cabo por la hechicera Medea contra su marido Jasón; e Hipólito, que trata del amor de Fedra
por su hijastro Hipólito y su destino tras ser rechazada.
B. La comedia
Uno
de los más grandes poetas cómicos fue Aristófanes, cuya primera comedia,
Daitaleis, hoy perdida, data del 427 a.C. Empleando la sátira dramática,
ridiculizó a Eurípides en Las ranas y
a Sócrates en Las nubes. Estas obras
representan la antigua comedia de la literatura griega.
La
comedia griega posterior se divide en dos grupos, la comedia media (400-336
a.C.) y la comedia nueva (336- 250 a.C.). En la media, ejemplificada por las
dos últimas obras de Aristófanes, La asamblea de las mujeres y Pluto, ambas
escritas entre 392 y 388 a.C., la sátira personal y política se reemplaza por
la parodia, la ridiculización de los mitos y la crítica literaria y filosófica.
Los principales autores de la comedia media fueron Antífanes de Atenas y Alexis
de Thruil. Sólo se conservan fragmentos de sus obras.
En
la comedia nueva, la sátira se sustituye por la comedia social, con tramas y
personajes cotidianos y familiares, y temas de amor romántico. El principal
autor de esta comedia nueva fue Menandro, cuya influencia alcanzó a los
dramaturgos latinos de los siglos III y II a.C., sobre todo a Plauto y
Terencio. Se conservan una obra completa de Menandro, El tacaño, y fragmentos de otras.
C. La historia
El primer historiador griego, Heródoto,
escribió una crónica de las guerras persas (500-449 a.C.) en dialecto jónico.
Su principal obra, Historias, es apreciada por su rica información sobre la
Grecia antigua, así como por su estilo sugestivo.
Tucídides
fue el primer gran escritor ático de prosa, y con su Historia de la guerra del
Peloponeso se ha ganado el título de primer historiador crítico. Las
principales obras literarias del historiador y soldado Jenofonte fueron Anábasis, un relato de los mercenarios
griegos que trataron de escapar de Persia; Memorabilia,
una refutación de los cargos aportados contra Sócrates, junto con impresiones
personales en forma de diálogo sobre su carácter y su filosofía; y Hellenica,
en la que Jenofonte prosigue la historia de los griegos en el punto en que
Tucídides la dejó. Un historiador posterior, Timeo, escribió una historia de
Sicilia y se tiene noticia de que inventó el método de calcular el tiempo en las
Olimpiadas.
D. La oratoria
La
prosa ática alcanzó su máxima expresión en las obras de los oradores
atenienses. Antifón, profesor de retórica, es uno de los primeros cuyas obras
se conservan. El orador Lisias empleó un estilo sencillo y directo, desprovisto
de recursos retóricos. Se cree que escribió un discurso para que Sócrates lo
utilizara en su proceso (399 a.C.). Los discursos de Isócrates, por otra parte,
son obras literarias concebidas más para ser leídas que habladas. Las obras de
Demóstenes suponen la rotunda perfección de la oratoria griega. Empleando todos
los recursos del lenguaje, creó discursos que se convirtieron en modelos para
los oradores posteriores.
E. La filosofía
Los
dos principales escritores de filosofía del periodo ático fueron Platón y
Aristóteles. Platón desarrolló ciertos aspectos de la filosofía de Sócrates y
expresó, en forma de diálogos escritos, el pensamiento filosófico que más tarde
se denominó idealismo.. Los Diálogos de Platón no sólo son grandes obras
filosóficas, sino también obras maestras de la literatura, llenas de poesía y
dramatismo. El estilo de su prosa es uno de los más clarividentes y bellos de
la literatura griega. Aristóteles, discípulo de Platón, escribió un gran número
de obras sobre lógica, metafísica, ética, retórica y política. Algunos eruditos
clásicos consideran que se trata de notas tomadas por los estudiantes de las
clases que Aristóteles daba en el Liceo, su escuela de Atenas. De su crítica
literaria sólo se conservan fragmentos sobre la tragedia, la poesía épica y la
retórica.
IV. EL PERIODO HELENÍSTICO,
323-146 A. C. Tras las conquistas de Alejandro III el
Magno en el siglo IV a.C., la cultura griega se expandió por un amplio imperio.
La más destacada entre las muchas escuelas de literatura que se crearon y la
mayor biblioteca de la antigüedad se localizaron en la ciudad de Alejandría, en
Egipto.
A. La poesía
Una
de las más admirables poéticas alejandrinas pertenece a Calímaco de Cirene,
director de una escuela en Alejandría y su principal bibliotecario. Calímaco
está acreditado como autor de más de 800 volúmenes, cada uno de ellos con
muchas obras de las que se conservan sólo seis himnos, 64 epigramas y unas
pocas elegías, además de otros poemas. Junto con sus seguidores, perfeccionó el
empleo del epilio, un poema corto en hexámetros con tema épico narrativo.
Además de perfeccionar el epigrama, que más tarde adoptarían sus discípulos
romanos, desarrollaron el poema didáctico literario y el pastoral.
El
poeta siciliano Teócrito, que escribió la mayor parte de su obra en Alejandría
y que está considerado por muchos críticos como el más grande de los poetas
alejandrinos, escribió Idilios, una serie de poemas pastorales que fueron
imitados por sus sucesores, como Bión de Esmirna, entre cuyos poemas conservados
se encuentra el famoso Lamento por Adonis, y el poeta también siciliano Mosco,
que escribió el poema épico Europa y composiciones pastorales.
B. La prosa
Posiblemente,
la obra más importante del periodo helenístico fue realizada por sabios,
científicos y eruditos, en particular por el médico Herófilo, el anatomista
Erasístrato, los astrónomos Hiparco de Nicea, Claudio Tolomeo y Aristarco de
Samos (el primero que sostuvo que la Tierra giraba alrededor del Sol) y el
matemático, astrónomo y geógrafo Eratóstenes, que midió la circunferencia de la
Tierra.
Me gusto mucho, ya que explica las diferentes culturas Occidentales Griegas a través de los años y períodos, con eso podemos ampliar nuestro conocimiento de cada una de ellas. -Sabrina Cordero 4to año "A"
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