miércoles, 18 de septiembre de 2019

CRÍTICA LITERARIA

Crítica Literaria
Ana Luisa Morán


La crítica literaria es una forma de creación y un subgénero de la literatura. Consiste en el análisis y valoración de una obra. Quien realiza esta actividad es un crítico literario y normalmente está especializado en algún género concreto (poesía, teatro o cualquier otro). Este tipo de actividad aparece con frecuencia en los medios de comunicación (especialmente la prensa) y sirve como referencia a los lectores para que tengan una opinión formada antes de leer una obra concreta. Hay algunas revistas especializadas que igualmente realizan esta modalidad de análisis.

Los críticos literarios son los encargados de leer con detenimiento las nuevas publicaciones literarias, hacer un análisis y valorización de sus contenidos, de sus aspectos lingüísticos y estilísticos y, de la forma en que se presentan los contenidos de las obras. Por ello, deben emitir críticas claras y precisas. En este sentido, la crítica literaria debe exponer aquello que se considera como los aciertos o los desaciertos de una obra literaria en cuanto a la temática, el estilo, los personajes, la exposición de los hechos, el abordaje y contextualización del tema, entre otros aspectos importantes y de interés para los lectores.
Sin embargo, cabe destacar que las críticas literarias pueden tener partir de metodologías de carácter científico según un producto o de los textos científicos como, de las opiniones y las experiencias de lecturas de los especialistas, por lo que también pueden estar cargadas de subjetividad. Entre los críticos literarios más destacados se pueden mencionar a Theodor Adorno, Alfonso Reyes, José Lezama Lima, Paul Valéry, entre otros.
Es una actividad tan antigua como la propia literatura y hay testimonios de ella que datan de la antigüedad clásica. No hay un modelo único de crítica literaria. En ocasiones, el enfoque tiene un carácter metodológico y se estudia una obra desde un punto de vista técnico y analítico. Por el contrario, existe el enfoque más subjetivo, en el que un crítico da a conocer su opinión personal en relación con la creación literaria de un autor, es realizada normalmente por alguien con una formación cualificada: un filólogo, un historiador de la literatura, un estudioso de algún ámbito del mundo literario o un periodista especializado.
La idea de crítica literaria es extensible a otras actividades artísticas: cine, arte o danza. En cualquiera de sus modalidades, el profesional de la crítica juega un papel clave, ya que puede facilitar el éxito o provocar el fracaso con sus valoraciones. La función del crítico es profundizar en una obra. Para ello, necesita comprender su contexto histórico, la vida y las circunstancias del autor, el movimiento al que pertenece y las corrientes creativas que le puedan influir. Con estos y otros elementos es posible desmenuzar una novela, una comedia o un poemario. El resultado de la crítica es especialmente útil para conocer todos los elementos que conforman la creación literaria. Se podría decir que el crítico  es como un espectador cualificado que cuenta algo sobre lo que otros cuentan. En los últimos años, la función clásica de la crítica literaria ha cambiado sustancialmente. Han aparecido redes sociales literarias y es posible interactuar en ellas ofreciendo una opinión más o menos fundamentada. En relación con la valoración de una obra, vale la pena subrayar que todo crítico tiene una opinión pero no todas las opiniones son una crítica con validez literaria.


Finalidad de la crítica literaria

La crítica literaria busca orientar a los lectores, por tanto, debe predominar la objetividad para presentar una reseña equilibrada de una obra, ya que, a partir de ésta el lector puede tener una idea general de lo que se puede encontrar en el libro, cuál es el estilo del autor y si es de su interés.  Ahora bien, desde la postura del lector también es importante tomar en cuenta e indagar acerca de las críticas literarias que se puedan consultar, más en estos tiempos en los hay un importante número de publicaciones y críticas, especialmente a través de Internet, que pueden ser o no acertadas.
El crítico debe poseer buen gusto, pero sus fallos deben ser razonados, fundados en bases sólidas, de acuerdo con la razón y la lógica, lo que requiere vastos conocimientos de lingüística, métrica, literatura comparada, historia, estética, psicológica, sociología, etc…
Un buen estudio crítico debe, entre otras cosas:

- Examinar una obra.
- Compararla con otras de otros escritores o de él mismo.
- Analizar las facultades del autor y el modo como las utiliza.
- Explicar la influencia que el medio, la raza, otros escritores han ejercido sobre el autor estudiado.


El procedimiento empleado por la crítica para analizar una obra, puede ser:

Analítico: descompone la obra en sus partes-el tema, la forma, y el plan- para estudiarlas alternativamente.
Sintético: no mira los detalles de la obra, sino que la estudia en su conjunto.
Mixto: combina los dos sistemas anteriores y los funde en uno. Es el mejor método.

Ana Luisa Morán 18-09-19

Cultura Literaria y Literatura



UN ACERCAMIENTO A LA LITERATURA Y A LA CULTURA LITERARIA.
Ana Luisa Morán
Basado en el Ensayo de Batista, M. (2011) Cultura literaria en la comunidad: espacio para el texto en la universidad, en Contribuciones a las Ciencias Sociales.

La producción literaria, artística supone un proceso complejo, original y personal; en ella se integran intenciones, conocimientos y habilidades adquiridos; sin embargo, el estudio de los autores, sus obras y contextos, en sus infinitos matices, pueden ser objeto de investigación, programas de desarrollo y contenidos de la comunicación, en tanto forman parte de un espacio y tiempo determinados, por lo que posibilitan el estudio de una etapa o lugar a partir de los elementos, temáticas, asuntos,  enfoques  y personajes que se visualizan. La cultura literaria, por tanto, es sustantiva como medio para la propagación de los diversos campos promocionales de la cultura al considerarse fundamento de reflexión ante los distintos temas, géneros, autores, y manifestaciones que abarcan la literatura.

Ahora bien, el poder analizar y entender esa creación desde una reflexión precisa, la cual se sustenta con las múltiples lecturas que puede realizar el lector creador a partir de su acervo cultural es necesario. Por consiguiente, el estudio de la producción cultural por manifestaciones, géneros, épocas, figuras, generaciones, estilos y territorios resulta fundamental no sólo para reconstruir la visión de la historia artística y literaria, sino como expresión de la vida social en un período, lugar y circunstancia específica, pues entre las múltiples funciones del arte literario está la capacidad de recrear la realidad mediante la vivencia personal, resultado de la experiencia o memoria colectiva de los grupos con los cuales el artista comparte su existencia.
Una obra de arte presupone emociones, sentimientos, incluso conceptos sólo al contemplarla o escucharla, porque representa, en sí misma, además de las ideas y los afectos del autor, el espíritu de una época; algunas, tienen la extraordinaria virtud de simbolizar un pueblo.

 La literatura, tanto oral como escrita, es reflejo de una sociedad en su tiempo y espacio, desde sus concepciones filosóficas, históricas, sociales, culturales; es la manifestación artística que evidencia al hombre en su tránsito cultural a partir de mostrar al sujeto de múltiples maneras en correspondencia con los diferentes géneros literarios y estos elementos se hacen indispensables a través de la apreciación literaria, la cual resulta elemento sustantivo para adquirir una cultura literaria. Por ende, una obra literaria demuestra, tanto el talento del creador como su formación humanista y técnica dentro del oficio de escritor; por esa razón contribuye al desarrollo cultural mediante el aprendizaje de la visión estética y la incorporación de aficionados como practicantes o público; con ello se conduce a la construcción de la identidad, la formación del gusto estético, el despliegue de las capacidades creativas y los lenguajes expresivos, así como se estimula la participación social de la población en los espacios culturales.
En el transcurso de la vida, a través de acciones formativas, de influencias especializadas y del intercambio cultural en grupos, escenarios, contextos diversos, se consolida  y da curso a un proceso de aprendizaje que nos coloca como creador o co-creador, en una u otra esfera del complejo entramado que constituye la sociedad, mientras también se asume la actitud apreciativa y crítica ante el objeto literario según hayamos creado herramientas para el análisis y valoración del mismo. La práctica de lecturas en talleres literarios u otras reuniones concebidas con fines literarios resulta una forma amena e instructiva de fomentar y mejorar las producciones literarias  que desarrollan los aficionados a la literatura; estos aficionados se convierten en escritores en potencia desde los diferentes géneros literarios; es, por tanto, el taller una vía que permite enriquecer y perfeccionar la obra a través de las sesiones de lectura, debate y crítica, lo que repercute en pos de ampliar el espectro literario de un grupo y de un territorio.

La cultura literaria se intensifica a partir de la promoción literario-cultural dado un conjunto de acciones, que desde diversas demandas contextuales, se instrumentan en aras de viabilizar el desarrollo en esta esfera de individuos, grupos y comunidades. De ahí la importancia que se le atribuye al desarrollo de habilidades lectoras, interpretación y valoración de textos de manera sistemática, lo que trae consigo  la apreciación literaria en los diversos géneros literarios.
Puede valorarse y comprenderse en qué medida la promoción de las artes literarias constituye un aspecto fundamental dentro de la cultura literaria desde la individualidad al grupo, considerando sus prioridades con elementos tales como la creación, la divulgación, la participación, la crítica, el público y la labor de instituciones culturales relacionadas con esta manifestación: se trata de centros del libro, casas de cultura y asociaciones.

No obstante, la actividad crítica presupone profundos conocimientos del proceso histórico – social en que se enmarca y se produce la obra literaria, asimismo necesita de experiencias profesionales y de una formación cultural sólida. De esta manera con la valoración de la obra artística se precisa la continuidad de la cultura precedente, la evolución ideológica, logros, dificultades, avances, así como la afirmación de nuevas realidades. Significa, esencialmente, que la crítica literaria debe partir del estudio  de la obra, no solo con el propósito de que se conozcan o se visualicen sus logros, deficiencias, cualidades, sino para precisar la dimensión espacial que ocupa en el proceso de la cultura, así como los elementos que la hacen distinguible y peculiar, con características que identifican un período, un grupo, un lugar y que la hacen renovadora en el género o modalidad para que trascienda o resulte de interés en un grupo poblacional.
Esta visión de hacer crítica literaria ayuda a los autores al mejoramiento de su producción literaria, propicia poder ver desde otras miradas lo que las suyas no han visualizado, lo cual conlleva al autoanálisis del escritor, y quizás a que estos seleccionen  nuevas propuestas que enriquezcan su creación, en un compromiso franco y ético con sus lectores y con los propios creadores.
De manera que realizar la crítica como un ejercicio reaccionario, carente de veracidad, lógica y sentido, donde prime la ironía, el absolutismo, impulsos pasionales, conjeturas antiestéticas, atenta directamente contra la  crítica; se convierte en referente mediocre para el lector, autor y creadores; tampoco resulta  una crítica eficiente aquella que llene de elogios y más elogios la obra sin evidenciar un enjuiciamiento certero del texto. Tomando alguna de estas posiciones la crítica deja de ser un hecho artístico y ético, que es cualidad necesaria en una verdadera crítica, y en lugar de resultar  una valoración acuciosa para encontrar mejores caminos literarios hace que estos se cierren.

Se entiende, por tanto, la crítica literaria, como un estímulo al disfrute por el arte literario, desde una verdad, una ética y un estudio riguroso textual donde el crítico colabora a un mejor entendimiento tanto para el lector como para el autor acerca de la obra que se valora;  es una manera de hacer más accesible el texto, de promocionarlo, de enjuiciarlo y darle una posición dentro de un contexto cultural socio histórico. Haciendo énfasis en la cultura literaria, en ocasiones podemos asumir el papel de creadores, mientras que en otras funcionamos como receptores activos y críticos, capaces de reflexionar, evaluar y vivenciar sobre una temática o temáticas específicas que posibilitan ampliar el espectro artístico - literario.

Se reconoce que el proceso de producción cultural culmina cuando aquellos destinatarios de hechos y productos culturales reciben, evalúan, interpretan, aprehenden contenidos y sedimentan mensajes y en este caso, al evaluarse la cultura literaria, habría que agregar el hecho creativo que logra cada lector en tanto, desde los diversos niveles de la lectura, que hace del texto, se convierte en un nuevo creador, para el cual resultan de importancia sustantiva, sus aspiraciones, intereses y horizonte cultural por el cual ha transitado, conglomerado objetivo y subjetivo que le posibilita visionar la obra de manera personal. En ese rango es necesario desarrollar habilidades para la creación y la apreciación literaria, lo cual resulta importante para comunicarnos con un lector cercano o distante que necesita entendernos, lo que a veces no puede lograrse con toda efectividad si no somos capaces de distinguir todas las posibilidades creativas que enmarca un texto, mientras además se hace indispensable familiarizamos con la cultura propia del individuo y de la comunidad a la que pertenecemos.
La apreciación  literaria constituye un tema  que ha despertado  nuevas inquietudes y motivaciones para desarrollar el gusto estético, satisfacer las demandas espirituales de las personas y contribuir a la formación  del pueblo culto a que aspira la  dirección del país. De manera que, si se logra mediante la promoción literaria, una motivación acertada, con obras de interés, el  receptor del texto será un promotor de la cultura literaria, incentivando en este los hábitos de lectura.
La obra literaria se caracteriza por una alta complejidad, dada porque las necesidades humanas que determinan su creación son infinitas, la ideología de cada formación social la condiciona y son múltiples los grupos sociales que han existido, y porque son innumerables los creadores que han colaborado en el surgimiento del legado cultural de la humanidad.

Ante las posibilidades que brinda la obra es necesario realizar una orientación en cuanto a las múltiples posibilidades de análisis para su acercamiento, que permitan abordar todos los aspectos que plantea la obra de forma simultánea, sin afectar su carácter de unidad visual coherentemente organizada. De ahí que alrededor de la apreciación literaria se crea un amplio debate en el que interactúa el origen subjetivo que caracteriza la creación literaria, su matiz personal, la manera en que el creador resuelve visualmente su respuesta a la necesidad que generó su acción, la cual debe resultar original, en tanto evidencia los caracteres socio-políticos e histórico-económicos, que identifican a la sociedad en la que el artista desarrolla su quehacer, en un determinado momento del devenir histórico.

La apreciación de una obra literaria podemos realizarla utilizando como método el acercamiento a su forma y contenido, a su estudio desde los distintos planos en el análisis textual y para ello será de gran relevancia el sistema de lecturas que haya realizado el individuo para apropiarse de habilidades que permitan el entendimiento del texto, a la vez que crecen las competencias comunicativas. En el acercamiento multilateral se analiza la literatura como medio de conocimiento, como expresión ideológica del grupo y como expresión individual. Un elemento que puede ser decisivo para la mejor comprensión de una determinada obra es el factor socio-psicocultural, que influye en la expresión específica  que el artista impone a su trabajo, los rasgos, los matices, los estilos, las peculiaridades que caracterizan la obra de cada creador, todo lo cual explica la aptitud individual, con la que encara su objetivación formal y conceptual, influida por la experiencia vital del creador.

Por consiguiente, la cultura literaria se aprehende en el individuo teniendo en cuenta, sin percatarse apenas de ello, de las teorías de la lectura a partir de la propuesta que ofrece la llamada Estética de la recepción, escuela que se ha ocupado de encontrar esencialmente la relación que existe entre el lector, la época y el texto; en ella se fundamenta cómo desde el análisis de la experiencia literaria  se describe la recepción y efecto de una obra en el sistema referencial, objetivo de las expectativas que surge para cada obra en el momento de su aparición,  así como del conocimiento previo del género, de la forma y de la temática de obras conocidas con anterioridad y del contraste que existe entre lenguaje poético y lenguaje práctico.
De ahí que la finalidad esencial de la cultura literaria  a partir del encuentro con el texto lleve  a tres operaciones básicas, ellas son:
  1. Informativa
  2. Cognitiva
  3. Literaria y recreativa
La cultura artística y literaria está relacionada con las intenciones de la política cultural con respecto a la existencia y consolidación de un lector en potencia, apto para enriquecer su acervo cultural, ampliar el espectro crítico de los diversos movimientos y grupos literarios, así como convertirse en un co-creador capaz de dar nuevas visiones a través de los distintos niveles de la lectura. De todo lo anterior se desprende que para desarrollar habilidades de lectura, apreciación, crítica y hasta creación en personas interesadas en la literatura se hace necesario utilizar procedimientos en pos de apropiarse de las herramientas fundamentales que enriquecen la percepción  del texto y que permiten adquirir una verdadera cultura literaria, para lo cual resulta interesante, además,  atender las ideas de la estética de la recepción.

El taller de apreciación literaria y artística propicia, sin dudas, cultura literaria y constituye un tema que ha despertado nuevas inquietudes y motivaciones para desarrollar el gusto estético, satisfacer las demandas espirituales de las personas y contribuir a la formación del pueblo culto a que aspira la dirección del país. La literatura y la música son parte de la cultura en tanto recrean la realidad a través de imágenes artísticas que, integradas por las relaciones esenciales de esta realidad, produce una fuerte vivencia estética. Una creación subjetiva que a la vez que recrea la realidad, la expresa; y como parte de la cultura moldea el pensamiento, la imaginación y el comportamiento de los comunitarios. Las  habilidades creativas  se fusionan con las de apreciar la literatura escrita por  figuras auténticas y representativas de la literatura de la localidad, entonces  se está construyendo y consolidando nuestra propia cultura, estamos desarrollando la cultura general para hablar verdaderamente de cultura literaria en interesados acerca de la profundización del tema, a la vez que siempre es necesario que ese espacio se enriquezca desde las concepciones ético-estéticas. 

Para los autores de la obra resulta de gran interés escuchar las opiniones emitidas por especialistas, escritores y otros participantes, en tanto a partir de las valoraciones realizadas se perfecciona la obra puesto que el autor escuchará las razones dadas por los participantes, incorporará o eliminará elementos, todo lo cual permite ampliar la cultura literaria de los distintos participantes y de quienes serán lectores de estas producciones. Es este un modo de hacer cultura literaria, la cual se hará realidad cuando el lector sea capaz de consumir múltiple y variada literatura, en diversos géneros y temáticas, hasta llegar a apropiarse de los aspectos formales y conceptuales en que pueda presentarse un texto, de manera que pueda discernir, comprender y producir a partir de su actividad intelectiva en el arte de leer y discriminar entre textos buenos y malos, informativos, formativos, reflexivos, culturales, o simplemente recreativos.

 Con la formación de talleres, eventos y espacios literarios, con la publicación de artículos y ensayos, con la realización de críticas juiciosas crece el nivel literario. Nuevos caminos se abren en busca de un lector que sepa apreciar, con un sentido preciso y enriquecedor, el texto. Andamos en su búsqueda,  apoyados por el docente y estamos seguros de que se producirá el encuentro, porque al existir una interrelación del lector con la época y el texto, la cultura literaria queda salvada.

BIBLIOGRAFÍA
Bajtin
, M. (1986) “Literatura, cultura y tiempo histórico”. En Textos y Contextos (Selección, traducción y prólogo Desiderio Navarro) Tomo I. Editorial Arte y Literatura, La Habana.
Bajtin, M. (1986) Problemas literarios y estéticos. Editorial Arte y literatura, La Habana.
Flaker, A.  (1986) “Las funciones de la obra literaria”. En Textos y Contextos (Selección, traducción y prólogo Desiderio Navarro) Tomo I. Editorial Arte y Literatura, La Habana,
Henríquez, U. (1979) Invitación a la lectura. Editorial Pueblo y Educación, La Habana., S Selección de lecturas de metodología de investigación literaria. MES. La Habana,
Colectivo de autores: Estética de la recepción.


martes, 17 de septiembre de 2019

TEXTO LITERARIO

   4. TEXTO LITERARIO Y NO LITERARIO




Un texto literario carece de utilidad, no se lo puede usar sino como lo que es, una lectura.
Los textos literarios se distinguen de los no literarios en un aspecto fundamental: su utilidad. A pesar de que el arte sea importante, trascendente y valorado, carece realmente de toda utilidad práctica: un texto literario no sirve para nada, no se lo puede usar sino como lo que es: una lectura, algo en lo que se ocupa el tiempo para obtener una experiencia subjetiva.
Los textos no literarios, en cambio, son todos aquellos que estén operando en el mundo con un sentido claro y evidente de utilidad: las instrucciones para usar una lavadora, los mensajes telefónicos anotados en una libreta, una valla publicitaria, etc.

GÉNEROS LITERARIOS


A continuación se presenta un acercamiento a los Géneros Literarios, es importante señalar como este tema se ha abordado a través del tiempo.Hoy, en pleno siglo XXI, surgen diferentes teorías al respecto: géneros literarios, tipologías textuales, géneros discursivos, de allí la importancia de su estudio.

GÉNEROS LITERARIOS




Se llama género literario a cada categoría específica en que los textos literarios pueden clasificarse, atendiendo a características de su estructura, a su contenido específico o a los mecanismos que emplea para producir el efecto estético que persigue. El género literario es un horizonte de expectativas de la obra literaria, es decir, una etiqueta que sirve para hacernos una idea de lo que contiene un libro puntual: por eso los emplean en las bibliotecas o librerías como descriptores para organizar su material. Estas etiquetas son convencionales, o sea, son pactadas y anteriores a la hechura de cada obra, indicándole así al lector el modo en que debe ser considerada, qué debe esperar de ella, cuáles son sus características fundamentales, etc. De ese modo, nadie que abra un libro de poesía podrá esperar una obra de teatro.

Los géneros literarios son cuatro:
  • Poesía. El arte de emplear la palabra para describir la realidad objetiva o subjetiva del poeta, comparándola con otra mediante símiles y metáforas, embelleciéndola con giros musicales del lenguaje.
  • Narrativa. El arte de construir narraciones contadas por un narrador, y que presenten personajes, acciones y situaciones que conmuevan o evoquen fascinación. 

  • Dramaturgia. El arte de componer textos teatrales, por lo general pensados para su representación en vivo en un escenario. Involucra personajes y diálogos, pero ningún narrador.
  • Ensayo. El arte de la reflexión libre, es decir, de discurrir sobre un tema puntual de manera conmovedora, convincente o simplemente hermosa.
  • Historia de los géneros literarios
    Un primer intento por clasificar las obras literarias fue realizado por el conocido filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) en su libro Poética (aparecida alrededor de 335 a.C.). Allí, se consideraban los siguientes géneros, que vendrían a ser padres de los actuales:
    • La épica. Madre de la narrativa, consistía en una elaboración de hechos legendarios o mitológicos de la cultura griega, como la Guerra de Troya (narrada en la Ilíada de Homero). Para ello se empleaba a un narrador, que se ocupaba de la descripción, y se empleaba diálogos. Inicialmente fue escrita en  verso, dado que es previa a la invención de la escritura y era cantada de memoria por los rapsodas.
    • La lírica. Más o menos equivalente a la poesía actual, se asemejaba más al canto y la canción, por lo que implicaba el uso de instrumentos musicales de acompañamiento. Sin embargo, el empleo de la ima y la métrica eran semejantes a la poesía tradicional moderna.

    • La dramática. Se trataba de la escritura y puesta en escena teatral, la cual jugaba un papel importantísimo en la cultura de la Grecia Antigua, pues era el lugar de formación emocional y ciudadana de sus habitantes. Representaba mitos y episodios de origen religioso-mitológico, de acuerdo a dos grandes formas: la  tragedia y la comedia.

TIPOS DE GÉNEROS LITERARIOS

Usualmente se habla de los géneros literarios modernos, para referirse a los actuales: narrativa, poesía, dramaturgia y ensayo; o a los géneros literarios clásicos (o de la antigüedad), para referirse a los que Aristóteles describió en su Poética: épica, dramática y lírica.




2.    Subgéneros líricos


A menudo se habla de subgéneros líricos para referirse a formas de la expresión verbal que emplean procedimientos similares a la poesía, y pudieran considerarse parte de ella. Estos subgéneros son:
  • La canción. Por lo general es una descripción de un relato o de una subjetividad a través de imágenes poéticas, acompañada de música instrumental.
  • La elegía. Una composición poética para llorar la muerte de un ser querido o admirado.
  • La oda. Una poesía compuesta para rendir homenaje a un tema elevado o solemne.
  • La sátira. Una composición poética que busca ridiculizar o degradar a alguien o algo.
  • La égloga. Poemas extensos de naturaleza pastoril e imaginario bucólico (campestre).
  1. Subgéneros narrativos
Los subgéneros narrativos son, igualmente, las formas que adquiere el arte de la narración literaria:
  • El cuento. Una exploración breve de una situación narrativa cerrada en sí misma y contada por un narrador.
  • El microrrelato. Una forma hiperbreve de relato, semejante al aforismo o al verso.
  • La novela. Una exploración extensa y divagante de una narración más vasta y compleja, en la cual suelen intervenir muchos personajes y ocurrir muchos eventos.
  • La crónica. Una forma de narración mixta que aborda eventos reales, pero a partir de las técnicas de composición literaria.
Subgéneros dramáticos

Los subgéneros dramáticos son aquellos en que se clasifican los textos de las obras teatrales:
  • Drama. Los personajes luchan contra un destino cruel e inexorable y sufren por ello las consecuencias.
  • Comedia. Los personajes son representados de manera ridícula o risible y mueven por lo tanto a la risa.
  • Tragicomedia. Una composición que alterna entre drama y comedia.


Raffino, María (2019) Género Literario. Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/genero-literario/. Consultado: 17 de septiembre de 2019








viernes, 13 de septiembre de 2019

LA LITERATURA.


Ana Luisa Morán
Recopilado de You Tube

A continuación se presenta un video que luego discutiresmos en clase, previa asignación del tema
asignado.




Nociones básicas




BIENVENIDA AL NUEVO AÑO ESCOLAR 2019-2020

Maracaibo, septiembre 2019.

A través de estas páginas quiero hacer llegar mi más cordial bienvenida a mis estudiantes. Un nuevo año está por comenzar y espero  compartir con ustedes el maravilloso mundo de las letras, transitar por esos caminos que se bifurcan y nos adentran en el espacio de la ficción. 

Con la rigurosidad necesaria para dar cumplimiento a los requisitos exigidos por el Currículo y la pasión que imponga tu espíritu para disfrutar del conocimiento y el legado dejado por los grandes escritores. ¡ Bienvenidos!



lunes, 8 de julio de 2019

El cuento


Ana Luisa Morán

En estas páginas, revisaremos el acercamiento que varios escritores realizan sobre un  importante género de la literatura: El cuento, una de las estructuras narrativas preferidas para el lector latinoamericano. En primer lugar, se presenta el estudio de Ricardo Piglia.

Tesis de Ricardo Piglia

Todo escritor de hoy día parece tener una tesis sobre el cuento, y Ricardo Piglia no iba a ser menos. En este breve estudio, articulado en once puntos, el autor argentino ofrece su visión sobre las dos historias que subyacen en los cuentos. Estos once puntos son dignos de tener en cuenta, pero me gustaría recomendarle al lector de este blog que prestara especial atención al número VI, que considero de vital importancia, (y por extensión, el punto VII).

En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: “Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida”. La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito. Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento.
Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias.
II
El cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (el relato del suicidio). El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario. El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie.
III
Cada una de las dos historias se cuenta de un modo distinto. Trabajar con dos historias quiere decir trabajar con dos sistemas diferentes de causalidad. Los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas. Los elementos esenciales del cuento tienen doble función y son usados de manera distinta en cada una de las dos historias. Los puntos de cruce son el fundamento de la construcción.
IV
En “La muerte y la brújula”, al comienzo del relato, un tendero se decide a publicar un libro. Ese libro está ahí porque es imprescindible en el armado de la historia secreta. ¿Cómo hacer para que un gángster como Red Scharlach esté al tanto de las complejas tradiciones judías y sea capaz de tenderle a Lönnrott una trampa mística y filosófica? El autor, Borges, le consigue ese libro para que se instruya. Al mismo tiempo utiliza la historia 1 para disimular esa función: el libro parece estar ahí por contigüidad con el asesinato de Yarmolinsky y responde a una casualidad irónica. “Uno de esos tenderos que han descubierto que cualquier hombre se resigna a comprar cualquier libro publicó una edición popular de la Historia de la secta de Hasidim.” Lo que es superfluo en una historia, es básico en la otra. El libro del tendero es un ejemplo (como el volumen de Las mil y una noches en “El Sur”, como la cicatriz en “La forma de la espada”) de la materia ambigua que hace funcionar la microscópica máquina narrativa de un cuento.

V
El cuento es un relato que encierra un relato secreto. No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento. Segunda tesis: la historia secreta es la clave de la forma del cuento.
VI
La versión moderna del cuento que viene de Chéjov, Katherine Mansfield, Sherwood Anderson, el Joyce de Dublineses, abandona el final sorpresivo y la estructura cerrada; trabaja la tensión entre las dos historias sin resolverla nunca. La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo. El cuento clásico a lo Poe contaba una historia anunciando que había otra; el cuento moderno cuenta dos historias como si fueran una sola.
La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión.
VII
“El gran río de los dos corazones”, uno de los relatos fundamentales de Hemingway, cifra hasta tal punto la historia 2 (los efectos de la guerra en Nick Adams), que el cuento parece la descripción trivial de una excursión de pesca. Hemingway pone toda su pericia en la narración hermética de la historia secreta. Usa con tal maestría el arte de la elipsis que logra que se note la ausencia de otro relato.
¿Qué hubiera hecho Hemingway con la anécdota de Chejov? Narrar con detalles precisos la partida y el ambiente donde se desarrolla el juego, y la técnica que usa el jugador para apostar, y el tipo de bebida que toma. No decir nunca que ese hombre se va a suicidar, pero escribir el cuento como si el lector ya lo supiera.
VIII
Kafka cuenta con claridad y sencillez la historia secreta y narra sigilosamente la historia visible hasta convertirla en algo enigmático y oscuro. Esa inversión funda lo “kafkiano”.
La historia del suicidio en la anécdota de Chejov sería narrada por Kafka en primer plano y con toda naturalidad. Lo terrible estaría centrado en la partida, narrada de un modo elíptico y amenazador.
IX
Para Borges, la historia 1 es un género y la historia 2 es siempre la misma. Para atenuar o disimular la monotonía de esta historia secreta, Borges recurre a las variantes narrativas que le ofrecen los géneros. Todos los cuentos de Borges están construidos con ese procedimiento.
La historia visible, el cuento, en la anécdota de Chejov, sería contada por Borges según los estereotipos (levemente parodiados) de una tradición o de un género. Una partida de taba entre gauchos perseguidos (digamos) en los fondos de un almacén, en la llanura entrerriana, contada por un viejo soldado de la caballería de Urquiza, amigo de Hilario Ascasubi. El relato del suicidio sería una historia construida con la duplicidad y la condensación de la vida de un hombre en una escena o acto único que define su destino.
X
La variante fundamental que introdujo Borges en la historia del cuento consistió en hacer de la construcción cifrada de la historia 2 el tema del relato. Borges narra las maniobras de alguien que construye perversamente una trama secreta con los materiales de una historia visible. En “La muerte y la brújula”, la historia 2 es una construcción deliberada de Scharlach. Lo mismo ocurre con Azevedo Bandeira en “El muerto”, con Nolam en “Tema del traidor y del héroe”. Borges (como Poe, como Kafka) sabía transformar en anécdota los problemas de la forma de narrar.
XI
El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la búsqueda siempre renovada de una experiencia única que nos permita ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta. “La visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino en el corazón mismo de lo inmediato”, decía Rimbaud.
Esa iluminación profana se ha convertido en la forma del cuento.



miércoles, 6 de marzo de 2019

El Romanticismo

EL ROMANTICISMO LITERARIO


EL ROMANTICISMO LITERARIO
Ana Luisa Morán


ERomanticismo literario comprende la producción literaria llevada a cabo entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX en diversas partes de Europa. Esta manifestación literaria estaba sujeta a esteticismos que se oponían plenamente a los planteamientos cosmopolitas y extremistas de la Ilustración francesa. La literatura del Romanticismo planteaba rescatar la esencia de las cosas. La labor del escritor era la de acercar a la gente a la trascendencia por medio de las letras. El formalismo y el intelectualismo eran vistos como trabas en el proceso creativo.  

Como movimiento cultural se opuso a los principios sostenidos por la Ilustración y el Neoclasicismo, que le dio el máximo peso a la razón. Implicó un giro de 180 grados con respecto a los valores proclamados durante el siglo precedente: entendiendo que la razón no era suficiente para explicar la dureza de la realidad, los románticos se refugiaron en los ideales y se centraron en los sentimientos del ser humano. Se exaltó el yo individual y la búsqueda de la libertad. Se considera que esto fue el resultado de la profunda crisis social e ideológica que atravesó Europa durante las primeras décadas del siglo XIX.


Si bien abarcó todos los campos culturales, es en la pintura y la literatura donde mejor se perciben los elementos estéticos que caracterizan al Romanticismo: escenarios naturales y nocturnos, historias situadas en la Edad  Media, en el Lejano Oriente; siempre la naturaleza se presenta con toda su fuerza y todo su dinamismo. Dentro de los autores del romanticismo encontramos a Alejandro Dumás, Víctor Hugo, Mariano José de Larra, Esteban Echeverría y José Mármol. También a pintores como Goya, Delacroix, Géricault o Friedrich.


Contrario a lo que se suele pensar, el término “romanticismo” no alude al “amor”, como en la actualidad es percibido. En el siglo XVII lo “romántico” era todo aquello que describía la melancolía que despierta la naturaleza, lo agreste y todo lo que fuese afín a esto. En aquel entonces el vocablo “romántico”, por sinonimia se asociaba a lo inverosímil, increíble y fantástico. En contraposición este adjetivo, por antonimia, era un antagonismo de lo grecolatino y lo clásico, como por ejemplo la literatura del Medievo.


Origen
El origen primordial de esta corriente se ubicado  en Alemania. El llamado “Romanticismo alemán” fue un movimiento disgregado en su génesis, y paulatinamente se fue condensando hasta lograr una mayor hegemonía de pensamiento y de alcance. Su concepción fue marcadamente influenciada por dos corrientes, una de carácter religioso llamada “Pietismo”, con mucho alcance en Alemania a mediados del siglo XVIII. La otra corriente literaria era el “Sturm und Drang” (“tormenta e ímpetu”), un movimiento de carácter estético y netamente antagónico al clasicismo.
Pietismo
El Pietismo abogaba por la relación unipersonal y bilateral del hombre con Dios, desde el corazón, sin tantas reglas y formalismos impuestos por la iglesia. Por su parte el Sturm und Drang, defendía la individualidad del ser, la libertad de expresión desde la subjetividad, dando especial importancia a las emociones y su cualidad infinita.  Este movimiento alemán, como el gran número de corrientes de pensamiento que han acontecido en el mundo, es reaccionario. Nace por oposición, como revelación en contra de la ilustración alemana.

Una de las obras representativas de aquel entonces fue Los Alpes, un poema de Albrecht von Haller, un canto a lo natural y su magnificencia. Con el devenir del tiempo ascendieron figuras de gran envergadura, Goethe, el escritor más trascendental de Alemania, es una de ellas. También Friedrich Schiller, Karoline von Günderrode, Ludwig Tieck, Jakob y Wilhelm los afamados hermanos Grimm, entre tantos otros.

CARACTERÍSTICAS DEL ROMANTICISMO  

Exaltación del yo individual
Los ejes de la Revolución Francesa (libertad, igualdad, fraternidad) fueron las ideas inspiradoras del Romanticismo, que abogó por la valorización de la personalidad individual y desterró el despotismo ilustrado del siglo XVIII.

  1. Sentimiento de soledad
El ser romántico se refugia en sí mismo, lo que deviene en aislamiento y soledad. Siente que la realidad no satisface sus anhelos e ideales, lo que lo 
lleva a esa sensación de hondo desengaño y a la necesidad de rebelarse contra lo establecido.
  1. Exaltación de la imaginación y del sentimiento
El romántico exalta lo ideal y lo bello, poniéndole alas a los sentimientos individuales.
  1. Identificación con la naturaleza
En el Romanticismo, la naturaleza adquiere un rol destacado, en tanto fuerza vital por encima de los designios humanos.
  1. Ansia de libertad
En tanto reacción en contra el Neoclasicismo, el Romanticismo rescata la libertad creadora y desplaza del centro de la escena a la razón ordenadora.
  1. Espíritu de rebeldía
Las ansias de libertad se materializan en personajes rebeldes y aventureros, que no acepan los dogmas establecidos.
  1. Idealismo
El autor romántico exalta lo ideal y lo bello.
  1. Papel de la intuición, imaginación e instinto
En el Romanticismo, la intuición, la imaginación y el instinto pasan a tener un papel preponderante, dados los evidentes límites de la razón.

  1. La Razón no es suficiente
El Romanticismo declara que la razón no puede explicar por completo la realidad, por eso recurre a otros valores humanos.

  1. Evasión
Es típico del autor romántico escapar de la realidad inmediata, que lo abruma y lo angustia, por eso sus relatos a menudo transcurren en épocas pasadas y lugares lejanos.

  1. Genio creador

El romanticismo considera que la condición de artista es una cualidad innata, no adquirida.


  1.  Nueva sensibilidad
Surgen como valores la introspección, la nostalgia y la melancolía. 

Visión de mundo del Romanticismo

Los autores del Romanticismo tenían una concepción especial del mundo. Esta visión puede ser condensada en los siguientes apartados:

1.   El romántico siente la vida como un problema que no puede ser resuelto, ya que es algo frágil y fugaz, que tiene una fecha de caducidad. Existe en el interior de estos autores una conciencia de desgracia permanente que les lleva a obsesionarse con el tema de la muerte, que se convierte en el agente capaz de liberar del sufrimiento que la vida produce. Por ello, muchos de los autores que desarrollaron su obra dentro de este movimiento acabaron quitándose la vida de forma voluntaria, nos encontramos con el suicidio como vía de escape al dolor.

2.   El romántico vivirá permanentemente enfrentado al mundo que lo rodea. Esta constante disconformidad llevará a este tipo de autor a buscar, de un modo extremo, la libertad y la felicidad que no pueden encontrase en la vida diaria y de ahí surgirá un sentimiento de insatisfacción constante, que se verá reflejado en los temas que aparecen en los textos de estos escritores, como por ejemplo, la evasión de la realidad, la rebeldía ante el mundo, el desencanto, etc.

3.   El hombre de esta época se repliega en sí mismo, se aísla, dándole, así, una especial importancia al “yo”, que se siente solo y desbordado por toda clase de pasiones y sentimientos. Las palabras brotan desde lo más hondo de su interior creando textos en los que la subjetividad lo invade todo.

4.   Como ya hemos apuntado antes, la libertad será uno de los grandes temas del Romanticismo. Estos autores se convierten en auténticos abanderados de todo tipo de libertad, tanto en los aspectos relacionados con la vida cotidiana como en el desarrollo de cualquier manifestación artística las normas y reglas han de romperse. Frente a esta necesidad de libertad, el romántico muestra signos de contradicción en su creencia en el destino, algo que resta libertad al hombre, y que de algún modo lo conducirá nuevamente hacia el sentimiento de insatisfacción al no verse cumplido ese destino con el que el romántico se obsesiona.

5.   La naturaleza es otro de los aspectos que posee gran importancia en cualquier creación artística del Romanticismo. Esta aparecerá representada según el estado de ánimo que tenga el artista en el momento de la elaboración, mostrándose unas veces lúgubre, otras melancólica, etc. Se repetirán con frecuencia, en conexión con esa atracción hacia la muerte y la libertad, la naturaleza dormida y oscura de la noche, los lugares tétricos y fúnebres, como por ejemplo los cementerios; así como los paisajes agrestes.

6.   El elemento popular está presente en la obra del romántico, ya que lo peculiar de cada nación llama su atención. Estos artistas defienden la tradición y las costumbres propias de cada pueblo como manifestación de su originalidad e individualidad frente al resto de los países.

7.  Por último, añadiremos lo sobrenatural como otro ingrediente que conforma la visión que el romántico por excelencia tiene del mundo. Todo aquello que escapa a la razón despertará interés en él, tal vez debido al sentimiento de desencanto con el racionalismo del siglo anterior.