LITERATURA
La palabra literatura proviene del latín litteratura que dotada de un sufijo que
denota actividad, nos expresa la actividad de un litterator, en principio un litterator, derivado de littera (letra), es un maestro de
escuela que enseña lectura y escritura y
las normas de expresión correctas del idioma latino, pero después de aplica al
letrado y al escritor. Así litteratura acaba designando su producción literaria.
En latín para hablar de Letras, en el
sentido de Literatura y producción literaria se prefiere la expresión Litterae. (Literatura, letras).
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los países europeos se encuentran devastados, la crisis
atraviesa todos los ámbitos
social, político, artístico por los efectos de los enfrentamientos. Sartre (1967) consciente de su compromiso
histórico se plantea tres preguntas: qué
es escribir, por qué escribir y para quién se escribe. El resultado: un texto
complejo, polémico pero, sobre todo crítico -¿Qué es la literatura?- en él no se plantea una discusión sobre el
arte, si esta no apela a la sociedad en su conjunto, sino a la manera en la cual el hombre y su
libertad se relacionan con ese mismo arte. De modo que la reflexión sobre el
papel del escritor, es al mismo tiempo
la reflexión sobre la revolución, sobre el ejercicio político, la burguesía, la
historia. Sartre muestra cómo la literatura es también una cuestión de compromiso.
La tesis sartreana de la literatura se puede expresar acertadamente de la
siguiente manera literatura es la
subjetividad de una sociedad en constante revolución. Se trata de una
subjetividad social puesto que no se buscan las creaciones particulares, las
subjetividades de este u otro autor, sino la consecución a partir de sus
trabajos de una imagen mucho más amplia del tiempo y la situación histórica;
pero al mismo tiempo es una sociedad en constante revolución; una sociedad que
no sólo apuesta a la negatividad crítica, sino también a la construcción, a la
síntesis del ser/hacer/tener.
Sartre examina los problemas del público real y el público
virtual, las contradicciones del espíritu de análisis propio de la
intelectualidad burguesa, su noción de hombre total en el arte, las
particularidades del papel del escritor en la Francia de los siglos XII, XVII,
XVIII, XIX y, con especial énfasis, la del siglo XX, ahonda en su idea de la
literatura de las grandes circunstancias y en cada apartado, en cada palabra,
demuestra por qué fue considerado en su época el último gran pensador de
nuestros tiempos. La edición cuenta además con la presentación que hizo Sartre
a Les Temps Modernes y de rescatar el ensayo La Nacionalización de la
Literatura en la que el autor considera aún más a profundidad las implicaciones
de ser un escritor, de ser el encargado de volverle la dignidad a nuestro
lenguaje.
Por otra
parte, Terry Eagleton (1983) en su texto “Una introducción a la literatura” propone
encontrar una característica que distinga la literatura de otros escritos.
Durante su búsqueda se encuentra con la teoría de los formalistas rusos, los
cuales definen “la literatura no con base de carácter novelístico o ¨
imaginario ¨, sino en su empleo característico de la lengua” (Eagleton Pág.
12). Para ellos la literatura no pertenece a un “vehículo ideológico, ni
reflejo de la realidad social ni encarnación de alguna verdad trascendental”
(Eagleton Pág. 13). Los formalistas consideran la literatura como algo
concreto, que se puede analizar de la misma manera que uno analiza a una
máquina.
La
literatura está conformada de palabras y no de emociones, bajo esta idea, se
presenta la forma de entender la literatura es a través de la lingüística.
Ellos básicamente dejaron de lado el “contenido literario” y se enfocaron en
los recursos dentro del sistema textual, por ejemplo el sonido, la imagen, la
sintaxis entre otros. El lenguaje cotidiano para este grupo era “deformado” en
las obras literarias, y para así poder contar relatos de forma que tuviese una
mejor recepción en las personas. Los formalistas por ende “vieron el lenguaje
literario como un conjunto de desviaciones de una norma, como una especie de
violencia lingüística” (Eagleton Pág. 16) Para ellos la “rarefacción” es
básicamente la particularidad de lo literario.
El problema
con esta definición es que alude a que en todo texto literario prima la función
poética. Esto se debe a que su análisis era básicamente el mismo tanto para los
versos como para las prosas. Otro error cometidos por los formalistas rusos fue
considerar la “rarificación” como propiedad específica de la literatura.
Eagleton refuta esto diciendo “cualquier texto adquiere
un carácter ¨raro¨” (Eagleton. Pág. 17) y fundamenta su argumento con un
letrero publicitario. La Publicidad se caracteriza por utilizar un lenguaje
llamativo, un lenguaje cuya función es llamar la atención con ciertos juegos de
palabras u otros recursos verbales que no forman parte de lo que entendemos por
literatura.
Según Eagleton, las
teorías del formalismo ruso no fueron capaces de definir ni calmar sus
inquietudes sobre qué es la literatura y qué es lo que la hace especial. Sin
embargo, son éstas teorías las que hicieron posible el desarrollo del
estructuralismo francés, la poética, la estilística y la narratología.
Introdujeron los conceptos “autotelismo”
y “aislamiento” al análisis literario, entre varios
otros aportes.
Referencias
bibliográficas:
Eagleton, T.
(1983), Una Introducción a la Literatura. Buenos Aires: Fondo de Cultura
Económica de Argentina S. A.
Sartre, J. (1967)
¿Qué es literatura? Buenos Aires: Editorial Losada.
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