domingo, 21 de agosto de 2016

LA LITERATURA ... ¿Arte, compromiso, vida?






LITERATURA

La palabra literatura proviene del latín litteratura que dotada de un sufijo que denota actividad, nos expresa la actividad de un litterator, en principio  un litterator, derivado de littera (letra), es un maestro de escuela que enseña lectura  y escritura y las normas de expresión correctas del idioma latino, pero después de aplica al letrado y al escritor. Así litteratura acaba designando su producción literaria.  En latín para hablar de Letras, en el sentido de Literatura y producción literaria se prefiere la expresión Litterae. (Literatura, letras).
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial,  los países europeos  se encuentran devastados,  la crisis  atraviesa todos los ámbitos  social, político, artístico por los efectos de los enfrentamientos.  Sartre (1967) consciente de su compromiso histórico  se plantea tres preguntas: qué es escribir, por qué escribir y para quién se escribe. El resultado: un texto complejo, polémico pero, sobre todo crítico -¿Qué es la literatura?-  en él no se plantea una discusión sobre el arte, si esta no apela a la sociedad en su conjunto, sino  a la manera en la cual el hombre y su libertad se relacionan con ese mismo arte. De modo que la reflexión sobre el papel del  escritor, es al mismo tiempo la reflexión sobre la revolución, sobre el ejercicio político, la burguesía, la historia. Sartre muestra cómo la literatura es también una cuestión de compromiso.
La tesis sartreana de la literatura  se puede expresar acertadamente de la siguiente manera literatura  es la subjetividad de una sociedad en constante revolución. Se trata de una subjetividad social puesto que no se buscan las creaciones particulares, las subjetividades de este u otro autor, sino la consecución a partir de sus trabajos de una imagen mucho más amplia del tiempo y la situación histórica; pero al mismo tiempo es una sociedad en constante revolución; una sociedad que no sólo apuesta a la negatividad crítica, sino también a la construcción, a la síntesis del ser/hacer/tener.
Sartre examina los problemas del público real y el público virtual, las contradicciones del espíritu de análisis propio de la intelectualidad burguesa, su noción de hombre total en el arte, las particularidades del papel del escritor en la Francia de los siglos XII, XVII, XVIII, XIX y, con especial énfasis, la del siglo XX, ahonda en su idea de la literatura de las grandes circunstancias y en cada apartado, en cada palabra, demuestra por qué fue considerado en su época el último gran pensador de nuestros tiempos. La edición cuenta además con la presentación que hizo Sartre a Les Temps Modernes y de rescatar el ensayo La Nacionalización de la Literatura en la que el autor considera aún más a profundidad las implicaciones de ser un escritor, de ser el encargado de volverle la dignidad a nuestro lenguaje.
Por otra parte, Terry Eagleton (1983) en su texto  “Una introducción a la literatura” propone encontrar una característica que distinga la literatura de otros escritos. Durante su búsqueda se encuentra con la teoría de los formalistas rusos, los cuales definen “la literatura no con base de carácter novelístico o ¨ imaginario ¨, sino en su empleo característico de la lengua” (Eagleton Pág. 12). Para ellos la literatura no pertenece a un “vehículo ideológico, ni reflejo de la realidad social ni encarnación de alguna verdad trascendental” (Eagleton Pág. 13). Los formalistas consideran la literatura como algo concreto, que se puede analizar de la misma manera que uno analiza a una máquina.
La literatura está conformada de palabras y no de emociones, bajo esta idea, se presenta la forma de entender la literatura es a través de la lingüística. Ellos básicamente dejaron de lado el “contenido literario” y se enfocaron en los recursos dentro del sistema textual, por ejemplo el sonido, la imagen, la sintaxis entre otros. El lenguaje cotidiano para este grupo era “deformado” en las obras literarias, y para así poder contar relatos de forma que tuviese una mejor recepción en las personas. Los formalistas por ende “vieron el lenguaje literario como un conjunto de desviaciones de una norma, como una especie de violencia lingüística” (Eagleton Pág. 16) Para ellos la “rarefacción” es básicamente la particularidad de lo literario.
El problema con esta definición es que alude a que en todo texto literario prima la función poética. Esto se debe a que su análisis era básicamente el mismo tanto para los versos como para las prosas. Otro error cometidos por los formalistas rusos fue considerar la “rarificación” como propiedad específica de la literatura. Eagleton refuta esto diciendo “cualquier texto adquiere un carácter ¨raro¨” (Eagleton. Pág. 17) y fundamenta su argumento con un letrero publicitario. La Publicidad se caracteriza por utilizar un lenguaje llamativo, un lenguaje cuya función es llamar la atención con ciertos juegos de palabras u otros recursos verbales que no forman parte de lo que entendemos por literatura.
Según Eagleton, las teorías del formalismo ruso no fueron capaces de definir ni calmar sus inquietudes sobre qué es la literatura y qué es lo que la hace especial. Sin embargo, son éstas teorías las que hicieron posible el desarrollo del estructuralismo francés, la poética, la estilística y la narratología. Introdujeron los conceptos autotelismo” y “aislamiento” al análisis literario, entre varios otros aportes.
Referencias bibliográficas:
Eagleton, T. (1983), Una Introducción a la Literatura. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina S. A.
Sartre, J. (1967) ¿Qué es literatura? Buenos Aires: Editorial Losada.



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